9 de Enero de 2019
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- María Cecilia Palacios una mujer común y corriente, pero con un don de transmitir mensajes de los ángeles y seres de luz, nos recomienda 3 rituales para el alma e iniciar el 2019 con energías renovadas.
Durante más de 14 años desarrolló su carrera profesional como psicóloga en un mundo corporativo, cuando atravesaba por uno de esos instantes que no se quisiera repetir: se quedó sin empleo, finalizó su relación de pareja y sus ahorros en el banco se acabaron. Fue en ese instante que se permitió sentir físicamente y emocionalmente lo que la gente a su alrededor experimenta, don que cree tener desde niña.
Desde el 2015 viene trabajando con los chicos, como ella llama a los ángeles y seres de luz que canaliza en consultas, meditaciones y talleres. Autora del libro “Un Mundo con Otros ojos”, esta psicóloga y coach espiritual está próxima a lanzar su segundo ejemplar:
“¿Qué hice para merecer esto?”. En ambos libros, toma prestada la vida de sus pacientes y su propia experiencia, para compartir con sus lectores las enseñanzas de amor, perdón y reconciliación que vive a diario de la mano de estos seres de luz, que buscan que cada vez nos acercamos a nuestro propósito de vida, soltemos a la víctima que llevamos dentro y nos conectemos con nuestra capacidad de crear una realidad llena de luz, abundancia y agradecimiento.
Un nuevo 2019
La reflexión desde lo más profundo del alma es la clave para lograr la felicidad, la tranquilidad y acercarse cada vez más a esas nuevas metas laborales, familiares o personales. Un nuevo año con energías renovadas y escuchando los mensajes de los ángeles, esos seres que siempre nos acompaña como guardianes de vida, es otro de los argumentos que María Palacios sostiene para que las personas logren sus objetivos. Una nueva forma de iniciar el 2019, con tres rituales muy importantes, para esa renovación espiritual que es tan necesaria.
1.Agradecer: El agradecimiento es de esas vibraciones que al Universo le encantan. Cuando lo hacemos, estamos decretando que más emociones, experiencias y personas maravillosas entrarán a nuestra vida. No solo es un ejercicio maravilloso porque vibra en los altos astrales, sino que programa a nuestra mente a buscar aquellas cosas llenas de luz que nos ocurren a diario. Cuando piensas bonito, te pasan cosas bonitas.
Para hacerlo en modo ritual, escriba en una hoja blanca todas aquellas cosas, personas, experiencias y aprendizajes que enfrentó en el 2018 y al terminar de escribirlas, queme esos papeles en una vela azul o morada. Tome la hoja con su mano izquierda, aquella encargada de recibir las bendiciones del cielo. ¡Y lo más importante, SONRIA! Cuando lo hace, todo el Universo conspira a su favor.
2. Deje ir: Todo aquello que acumulamos en nuestra vida nos estanca. Las cosas, personas, situaciones y emociones que ya cumplieron su misión en nuestra vida, es hora de dejarlas correr como el agua. Que sigan su curso. Hacerlo, nos permitirá recibir aquellas cosas que desde el alma y el corazón elegimos para llenarnos de luz. Cuando nos empeñamos en acumular y atesorar, no le damos espacio a las energías que renuevan nuestra vida.
Dejar ir implica inicialmente limpiar nuestro espacio físico. Revise su habitación, su carro, el cuarto de “chécheres”, los cajones de su mesa de noche y deje ir aquello que ya no existe en su vida. Deshágase de las notas de viejos amores, los regalos significativos de quienes ya no están en su vida, aquella ropa que ya no usa, los recibos de las cosas que ya no uso y perdieron su garantía hace años. Limpie sus espacios, mueva los muebles, dele espacio a lo nuevo para que entre.
Después empiece a buscar un espacio de relajación. Ponga la música que más le gusta escuchar y encienda una vela, no importa el color, hágalo con aquella que vibre y traiga a su mente y corazón situaciones que ya puede liberar. Siéntese en posición de loto e imaginase de nuevo esa situación, pero modificando el final. Comprenda que eso que vivió hoy le hace un ser humano diferente, así que abrace esa situación y despídase de la emoción dolorosa que trajo consigo. Hágalo desde el amor, comprendiendo que, si lo que vivió, era necesario en ese momento de su vida.
Y por último es hora de decir adiós a quién hoy ya no está en su vida, pero a quién usted si sigue haciendo parte de la suya. A esa persona escríbale una carta. Olvídese de enviarla, ese regalo es para usted. Escriba aquello que dolió, lo que le disgustó desde el fondo del alma, reclame sino lo hizo en su momento, cuéntele lo mucho que significó en su vida. Diga lo que quiera en su carta y al final despídase. Dígale adiós a ese maestro que tantas enseñanzas hoy le deja y déjelo ir. Es por usted, no por ellos. Es por su camino hacia la libertad. En la vela que le acompañó en este ejercicio, puede dejar esa carta.
3. A pedir desde el alma: Empiece por ser consciente que es merecedor de toda la abundancia y el amor que el universo tiene para darle. Se lo mereces por el simple hecho de existir y ser una creación de la Divinidad.
Una vez traiga esa frase a su mente: “soy merecedor de todo el amor y la abundancia que el universo tiene para darme”, olvídese de las leyes universales, de esas que fueron creadas desde su mente y que limita todo aquello que puede recibir. Busque una copa de vidrio transparente donde introducirá todos sus deseos y sueños. Cuando los piense, recuerde que el universo necesita los detalles necesarios para que la interpretación no tenga espacio. Piense desde el fondo de su alma que le hace vibrar, que le hace sentir grande y lleno de amor y pídale desde ahí a todos los ángeles Dorados que se lo concedan. Se debe hacer con el pleno convencimiento que está hecho. Escriba sus sueños y deseos en pequeñas hojas e introdúzcalas en su copa. A las doce de la noche, sáquelas de allí y rómpalas o quémelas con una gran sonrisa en sus labios. Sonría desde ya con tan solo pensar en disfrutar de toda la abundancia del cosmos.
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